miércoles, 22 de octubre de 2014

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Situación en Chile, Región Metropolitana.

Los siguientes datos fueron tomados de un estudio social realizado por Criteria Research, en conjunto del Centro de Estudios Evolutivos e Intervención del Niño de la Universidad del Desarrollo y el Ministerio de Educación. Esta investigación consistió en encuestas realizadas a los participantes de una escena de Bullying de diferentes centros asistenciales de la región Metropolitana, siendo estos tanto municipales, particulares y subvencionados por el municipio. Los datos obtenidos de dichos establecimientos cuentan con un total de 1365 estudiantes entre Séptimo básico y Cuarto medio, para que de esta forma se deje en claro que la violencia escolar es un tema transversal que no discrimina entre géneros, edades o situación socioeconómica.

Porcentajes de la muestra obtenida
























Rol en situaciones de Bullying y Violencia ocasional




















Perfil del Agresor y posibles causas de su actuar

En estos escenarios de maltrato, una gran variedad de autores han intentado determinar un patrón común que logre caracterizar las cualidades y las conductas del agresor. Sin embargo, se han presentado dificultades para llegar a un consenso sobre el cómo identificarlos, ya que son muchos los factores que influyen en la conducta y manera de pensar de estas personas (culturales, ambientales, psicológicas, sociales, físicas, etc). Por otro lado, es posible destacar algunos rasgos que, en diferentes ámbitos, suelen sugerir a una persona que representa el rol de victimario.


  • Rasgos de personalidad

Las características  de los agresores difieren en ambos géneros. En el ámbito físico, los varones suelen ser más fuertes y de una edad mayor a la de su víctima, actuando en forma grupal. Este acometimiento consta principalmente de violencia física y agresión directa, es decir, peleas, intimidación, bromas, acoso, insultos, etc. En cambio, en las mujeres suelen ser personas que físicamente se ven aceptables por sus compañeros, actuando de manera más individual hacia pares que sean más “débiles” por alguna diferencia en su forma visual o de comportamiento. Al contrario que los varones, la forma de bullying se basa en agresión indirecta y psicológica, ya sea aislando a la persona víctima, ignorarla, esparciendo rumores perjudiciales para su persona, lograr que sus compañeros no compartan con su par, etc.




En ambos casos, la edad más frecuente de eventos de bullying se sitúa entre los 11 y 14
años, es decir, en plena pubertad, razón por la cual muchos de los comportamientos de los agresores están relacionados con las características propias de esta etapa de la vida. Diaz Aguado (1999) reconoce la relación entre el bullying y la adolescencia, ya que este estadio se caracteriza por la rebeldía, en donde los conflictos se resuelven por medio de la violencia y nace la necesidad de individualidad, rechazando a su alrededor.

En lo que respecta el ámbito psicológico, autores como Hernández Prados (2004) hablan de una incapacidad de reconocer sus problemas, presentando un locus de control externo. Esto se manifiesta por una gran necesidad de conseguir lo que desean en forma inmediata sin importar el dañar a sus pares. Otro autor en el tema define que los agresores son personas conflictivas que no se identifican con su ambiente, presentan una falta de supervisión y control por parte de su familia cayendo incluso en el consumo de substancias, suelen tener mentalidad machista hasta pudiendo llegar al pensamiento maquiavélico (Hernández de Frutos).


Se consideran dentro de los rasgos psicopatológicos la alta agresividad y ansiedad, falta de control que se manifiesta en acciones impulsivas dañinas, la facilidad de causar o incitar provocación, Son personas extrovertidas, neuróticas y con un alto grado de inestabilidad emocional dada por diversos factores en su ambiente.





       ·         Rasgos familiares

Dentro de los diversos estudios realizados en el ámbito, se ha denotado que el ambiente familiar de estas personas es más bien de carácter hostil, en donde las relaciones entre sus integrantes son mayormente disfuncionales. Esta situación se traduce a una falta de dedicación hacia la persona agresora, la cual carece de lazos afectivos, emocionales y de una figura de autoridad en su vida. Muchas veces estos ambientes se ven acompañados por un estilo de vida poco saludable y delictiva, asociado a su vez al consumo de alcohol y drogas de manera continua.


Todos estos factores causan sensación de abandono por parte del victimario, por lo que sus conductas suelen ser autónomas y conflictivas, todo esto por los cambios psicoestructurales que se forman frente a estos ambientes en lo que se encuentran inmersos de manera inevitable.



 Cabe destacar que uno de los factores claves más influyentes es la violencia en el hogar. Cuando se vive un patrón repetitivo de abuso físico y emocional por parte de un ser cercano a la persona y esta última crece con este ambiente familiar, se crea dentro de la persona un idealismo de cómo son las relaciones con los demás seres humanos, en el que se debe imponer sus creencias, deseos y emociones por sobre los otros de una manera agresiva, ya que solo así se puede obtener lo deseado. 

       ·         Rasgos de carácter escolar

Dentro de las características más repetitivas de los agresores es la falta de aplicación académica. Estas personas suelen presentar déficit en el desarrollo de actividades cognitivas demostrando poco interés en la mejoría. Evadiendo sus responsabilidades como estudiante, estas personas tratan de sobresalir de sus pares a través de actividades o juegos no académicos, buscando la sensación de poder sin estimar los perjuicios que  pueden causar a sus compañeros, ya sea evadiendo la responsabilidades al infringir las normas básicas de convivencia o de la institución, excusándose o bien culpando a otra persona por sus actos.

 Todos los problemas que se dan en el desarrollo académico, en las relaciones de convivencia y el moldeamiento de la personalidad vienen a raíz de los factores ambientales influyentes de manera importante sobre el agresor. Esto lo podemos ver reflejado en las razones por las cuales los agresores se basan en aplicar sus acciones de violencia, como lo representa el siguiente gráfico cuyos datos corresponden a alumnos de la Región Metropolitana de diversos colegios particulares, subvencionados y municipales. En él se puede apreciar que las razones con mayor porcentaje tienen directa relación con trastornos personales (baja autoestima, necesidad de sobresalir, falta de atención, etc) derivados de factores del entorno que en cierto sentido se encuentran alterados, como problemas en el hogar o falta de atención por parte de los padres.





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