miércoles, 22 de octubre de 2014

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          Abre los ojos; este es un problema real



            El bullying muchas veces se asocia exclusivamente a la etapa escolar, aunque puede darse en muchos otros contextos. En este tipo de agresiones verbales, físicas o de otro modo se atenta contra la integridad de la otra persona. En estos casos se suele dar prioridad a la víctima, sin embargo el motivo que impulsó al victimario a actuar es algo esencial para tratar esta problemática.





INTRODUCCIÓN

El bullying conocido como tal es un tema relativamente actual y una preocupación para las distintas sociedades, especialmente la nuestra. A pesar de que la violencia ha existido desde siempre, en la actualidad tiene especial interés el respeto por los derechos de las personas, la igualdad de género en relación a las oportunidades y recibir un trato digno.

Es un tema que tiene diversos protagonistas que cumplen diferentes roles dentro de esta problemática, lo que hace que estos episodios sean cíclicos y se repitan una y otra vez. De estos protagonistas en el que pondremos énfasis será el agresor, ya que muchas veces se considera que es el que provoca el daño, pero no se toman en cuenta cuáles fueron sus motivos para actual, o el porqué de sus rasgos de personalidad y no pensamos en que él también puede estar sufriendo o ya ha sido dañado.


Estas agresiones tienen consecuencias tanto para el victimario, para la víctima, y también para los espectadores, que son las personas que a pesar de ver todo esto se quedan en silencio y contribuyen a que esto continue. Lo que resulta de esto, es que un gran número de personas está siendo afectada y se necesita conocer el origen de todo para comenzar a tratar de revertir esta situación.







El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. YKing ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.
Martin Luther 



Bullying

El bullying definido por la OMS como: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

Con esta definición se puede ver que este término se puede aplicar en distintas situaciones y a lo largo de todo el ciclo vital de una persona, no solamente en su etapa escolar. Esta problemática se relaciona con la violencia de género ya que se habla principalmente de dos protagonistas; el agresor que en cierta medida es el más fuerte y la víctima sometida. Sin embargo también está el entorno que los rodea, que en cierta medida colabora a que estas agresiones continúen sucediendo con el hecho de guardar silencio, sin atreverse  a pedir ayuda o dar apoyo.



Diversos autores han definido las diferentes posiciones que pueden tomar los implicados, las cuales pueden ser duraderas en el tiempo como también pueden ir cambiando, como por ejemplo, de víctima a agresor. Estos cambios van a depender  de diversos factores que son fundamentales en el momento de determinar una situación de bullying y las características de los participantes, los cuales ya sean contextuales, psicológicos, físicos o culturales deben denotar la particularidad que presentan en cada escena.


  •  Víctima: El patrón más común es una persona aislada, débil, ansiosa, con pocas habilidades sociales y con tendencia a presentar una personalidad interiorizada o bien, ser diferente en ciertos rasgos al grupo social en el que se encuentra inmerso. Sin embargo, también se ha observado que las víctimas de bullying suelen ser similares a los agresores en características emocionales, como su falta de control. Este tipo de víctimas suele intercalar su rol con el de agresor.





  • Espectador: Como su nombre los define, son las personas que presencian el acto de agresión y que generalmente no intervienen en manera directa. Esta falta de intromisión suele deberse al miedo que presentan a ser objetos de burla como la víctima, aunque también se ha observado que debido al fenómeno de contagio social estas personas apoyan el bullying, alentándolo y apoyando al agresor. Esta última característica es fundamental al momento de definir al agresor y los factores que influyen en sus comportamientos.

  •  Agresor: Generalmente busca con sus acciones el apoyo de su grupo social. Tenemos a los agresores predominantemente dominantes, los cuales son los que toman la iniciativa de agredir a las personas víctimas, son antisociales. Por otro lado, tenemos a los agresores predominantemente ansiosos, los cuales siguen la iniciativa de agresión de otro compañero dominante, tienen una baja autoestima y son de personalidad ansiosa. Estas personas tienen problemas en lo que respecta habilidades sociales, por lo que suelen atribuir rasgos hostiles a sus compañeros. Estas situaciones provocan a su vez un rechazo generalizado hacia el agresor ansioso, por lo que este tipo de victimario puede intercalar su rol con el de víctima

















Este maltrato puede ser físico, psicológico, social, entre otros. Si nos ponemos a pensar estas problemáticas han existido desde siempre, en que las personas se olvidan del respeto y el trato digno hacia las demás personas. Cabe destacar que hoy en día llama la atención que estos hechos ocurran cada vez con mayor recurrencia y que cada vez tengan con consecuencias más graves. Conocido es el caso de pamela pizarro, una joven de tan solo trece años, que vivía en Iquique que se suicidó; sus padres denunciaron que la joven habría sufrido un hostigamiento  por parte de sus compañeras, tal que la joven llegó al extremo de terminar con su vida.




El problema radica en que tenemos a niños que cada vez a más temprana edad se están convirtiendo en víctimas, y por otro lado en victimarios. De este último queremos conocer los motivos que están detrás de todo este afán de sentirse con mayor poder que los demás. Si se tratara la raíz de este problema dando solución a los problemas con los niños que cometen agresiones disminuirían el número de niños agredidos, y estaríamos dando solución al problema desde la raíz.




Este tema es de gran relevancia en la actualidad y producto de diversas investigaciones, por ejemplo un estudio de 2005 de la Universidad del Desarrollo, más de la mitad de los escolares de entre 11 y 17 años reconoce  haber sido víctima de matonaje por parte de sus compañeros, y lo más inquietante es que más de 13% de esas víctimas no cuenta lo ocurrido a nadie perpetuando un círculo de silencio. También investigaciones del psicólogo noruego Dan Olweus en , alumnos de cuarto básico el bullying sería mayor que octavo básico. En tanto la investigadora del National Institute of Child Health and Human Development en EE.UU, Tonja Nasel , dice que los hombres victimizan más que las mujeres utilizando la agresión física y verbal, en cambio las niñas el esparcimiento de rumores y exclusión social.

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Situación en Chile, Región Metropolitana.

Los siguientes datos fueron tomados de un estudio social realizado por Criteria Research, en conjunto del Centro de Estudios Evolutivos e Intervención del Niño de la Universidad del Desarrollo y el Ministerio de Educación. Esta investigación consistió en encuestas realizadas a los participantes de una escena de Bullying de diferentes centros asistenciales de la región Metropolitana, siendo estos tanto municipales, particulares y subvencionados por el municipio. Los datos obtenidos de dichos establecimientos cuentan con un total de 1365 estudiantes entre Séptimo básico y Cuarto medio, para que de esta forma se deje en claro que la violencia escolar es un tema transversal que no discrimina entre géneros, edades o situación socioeconómica.

Porcentajes de la muestra obtenida
























Rol en situaciones de Bullying y Violencia ocasional




















Perfil del Agresor y posibles causas de su actuar

En estos escenarios de maltrato, una gran variedad de autores han intentado determinar un patrón común que logre caracterizar las cualidades y las conductas del agresor. Sin embargo, se han presentado dificultades para llegar a un consenso sobre el cómo identificarlos, ya que son muchos los factores que influyen en la conducta y manera de pensar de estas personas (culturales, ambientales, psicológicas, sociales, físicas, etc). Por otro lado, es posible destacar algunos rasgos que, en diferentes ámbitos, suelen sugerir a una persona que representa el rol de victimario.


  • Rasgos de personalidad

Las características  de los agresores difieren en ambos géneros. En el ámbito físico, los varones suelen ser más fuertes y de una edad mayor a la de su víctima, actuando en forma grupal. Este acometimiento consta principalmente de violencia física y agresión directa, es decir, peleas, intimidación, bromas, acoso, insultos, etc. En cambio, en las mujeres suelen ser personas que físicamente se ven aceptables por sus compañeros, actuando de manera más individual hacia pares que sean más “débiles” por alguna diferencia en su forma visual o de comportamiento. Al contrario que los varones, la forma de bullying se basa en agresión indirecta y psicológica, ya sea aislando a la persona víctima, ignorarla, esparciendo rumores perjudiciales para su persona, lograr que sus compañeros no compartan con su par, etc.




En ambos casos, la edad más frecuente de eventos de bullying se sitúa entre los 11 y 14
años, es decir, en plena pubertad, razón por la cual muchos de los comportamientos de los agresores están relacionados con las características propias de esta etapa de la vida. Diaz Aguado (1999) reconoce la relación entre el bullying y la adolescencia, ya que este estadio se caracteriza por la rebeldía, en donde los conflictos se resuelven por medio de la violencia y nace la necesidad de individualidad, rechazando a su alrededor.

En lo que respecta el ámbito psicológico, autores como Hernández Prados (2004) hablan de una incapacidad de reconocer sus problemas, presentando un locus de control externo. Esto se manifiesta por una gran necesidad de conseguir lo que desean en forma inmediata sin importar el dañar a sus pares. Otro autor en el tema define que los agresores son personas conflictivas que no se identifican con su ambiente, presentan una falta de supervisión y control por parte de su familia cayendo incluso en el consumo de substancias, suelen tener mentalidad machista hasta pudiendo llegar al pensamiento maquiavélico (Hernández de Frutos).


Se consideran dentro de los rasgos psicopatológicos la alta agresividad y ansiedad, falta de control que se manifiesta en acciones impulsivas dañinas, la facilidad de causar o incitar provocación, Son personas extrovertidas, neuróticas y con un alto grado de inestabilidad emocional dada por diversos factores en su ambiente.





       ·         Rasgos familiares

Dentro de los diversos estudios realizados en el ámbito, se ha denotado que el ambiente familiar de estas personas es más bien de carácter hostil, en donde las relaciones entre sus integrantes son mayormente disfuncionales. Esta situación se traduce a una falta de dedicación hacia la persona agresora, la cual carece de lazos afectivos, emocionales y de una figura de autoridad en su vida. Muchas veces estos ambientes se ven acompañados por un estilo de vida poco saludable y delictiva, asociado a su vez al consumo de alcohol y drogas de manera continua.


Todos estos factores causan sensación de abandono por parte del victimario, por lo que sus conductas suelen ser autónomas y conflictivas, todo esto por los cambios psicoestructurales que se forman frente a estos ambientes en lo que se encuentran inmersos de manera inevitable.



 Cabe destacar que uno de los factores claves más influyentes es la violencia en el hogar. Cuando se vive un patrón repetitivo de abuso físico y emocional por parte de un ser cercano a la persona y esta última crece con este ambiente familiar, se crea dentro de la persona un idealismo de cómo son las relaciones con los demás seres humanos, en el que se debe imponer sus creencias, deseos y emociones por sobre los otros de una manera agresiva, ya que solo así se puede obtener lo deseado. 

       ·         Rasgos de carácter escolar

Dentro de las características más repetitivas de los agresores es la falta de aplicación académica. Estas personas suelen presentar déficit en el desarrollo de actividades cognitivas demostrando poco interés en la mejoría. Evadiendo sus responsabilidades como estudiante, estas personas tratan de sobresalir de sus pares a través de actividades o juegos no académicos, buscando la sensación de poder sin estimar los perjuicios que  pueden causar a sus compañeros, ya sea evadiendo la responsabilidades al infringir las normas básicas de convivencia o de la institución, excusándose o bien culpando a otra persona por sus actos.

 Todos los problemas que se dan en el desarrollo académico, en las relaciones de convivencia y el moldeamiento de la personalidad vienen a raíz de los factores ambientales influyentes de manera importante sobre el agresor. Esto lo podemos ver reflejado en las razones por las cuales los agresores se basan en aplicar sus acciones de violencia, como lo representa el siguiente gráfico cuyos datos corresponden a alumnos de la Región Metropolitana de diversos colegios particulares, subvencionados y municipales. En él se puede apreciar que las razones con mayor porcentaje tienen directa relación con trastornos personales (baja autoestima, necesidad de sobresalir, falta de atención, etc) derivados de factores del entorno que en cierto sentido se encuentran alterados, como problemas en el hogar o falta de atención por parte de los padres.





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              Consecuencias del Bullying en los roles:

Cuando se habla de daños psicosociales en un caso de bullying es casi inevitable pensar en el caso de la persona objeto de la agresión. Sin embargo, estudios recientes han determinado que las consecuencias del maltrato implicadas en la vida adolescente y adulta no sólo se presentan en la víctima, sino que en todos los roles presenten en estas situaciones (Kumpulainen, Rasanen y Puura, 2001). Además de la sintomatología psicopatológica más común presentada por la víctima (ansiedad, depresión, trastornos de ingesta alimentaria, abuso de substancias, etc.), también se observan alteraciones psicosociales en el rol espectador, como lo es la insensibilización ante el sufrimiento ajeno o la creencia de que la violencia y la agresión son aspectos inevitables de la vida.




Efectos del Bullying en el agresor:


Estudios realizados en diversos países, señalan la posibilidad de que los autores de Bullying en la época escolar, más tarde pueden verse envueltos en actos de delincuencia o criminales. Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología.



Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva. La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.

En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se sienten afectados, pudiendo provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.

Para el agresor, el bullying le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en un delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad exagerada.

También puede generalizar esta conducta en todos los ámbitos de su vida, es decir, como el agresor obtiene recompensas, dominio y autoridad sobre las personas, entonces usa ese tipo de conducta en todas las relaciones sociales. Incluso cuando se casa hay un dominio sobre la esposa y sobre los hijos, pero no en una forma que edifiquen sus vidas, sino de manera dominante, autoritaria y amenazante.

Esta forma de vivir es muy destructiva porque las personas se someten, pero no por amor sino por temor y miedo. Esa no es una autoridad que edifica y que le hace bien a los demás, sino una forma de vida que lleva a la persona al sufrimiento, la esposa sufre y los hijos sufren. Lo más terrible es que el patrón se vuelve a repetir, es decir, las personas que están bajo ese maltrato aprenden esa forma de vida de tal manera que cuando crecen la vuelven a aplicar.

Las consecuencias que trae consigo el bullying para el sujeto maltratado son muchas, éste queda expuesto física y emocionalmente ante el maltratador, generando consecuencias psicológicas; el acosado siempre está aterrorizado con la idea de asistir a la escuela, se pone nervioso, triste y solitario en su vida diaria y en algunos esto lo puede llevar al suicidio.


Parte de los trastornos que pueden provocar en las víctimas:


  • Baja autoestima:No quererse a sí mismo y menos preciarse, sentir que no tienes capacidades para desenvolverse adecuadamente.
  • Problemas psicosomáticos: Que son las enfermedades causadas por la mente o el estado de ánimo.
  • DepresiónEs cuando sin haber una razón clara, las personas sólo quieren llorar. Sienten ganas de morirse, de desaparecer, de no salir de su cuarto.



  • Pensamientos suicidas: Que son las fantasías de dar por concluida la maravillosa experiencia de vivir a causa del daño o los problemas que sientes que hay en tu vida. Es cuando ya no ves opciones para solucionar tus problemas.
  • Pérdida de interés por la escuela: Lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, que llevará a mayores problemas con tus papás y maestros.






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Creando conciencia...

En los últimos años, el Bullying se ha convertido en uno de los problemas con mayor peso social para los países desarrollados. A pesar de que la problemática siempre ha perdurado a lo largo de la historia, hoy en día se está tomando conciencia de las grandes repercusiones que conlleva este acto de agresión que perdura en el tiempo y no solo para las víctimas, sino que también para aquellos que toman el rol de espectador y victimario, al cual le damos un especial énfasis.


El analizar la situación desde un contexto completo, y no solo la acción misma de agresión, nos permite comprender que el agresor no es un problema propiamente tal, sino que también es un ser al cual se le debe mirar con la misma preocupación que se le aplica a la víctima. Los trastornos psicológicos y emocionales que los conducen al acto de bullying no surgen de la nada, sino que provienen de un contexto psicosocial disfuncional del cual todos participamos. Vivimos en una sociedad en la que la vida de sus integrantes se ve constantemente agitada y estresada, como lo es el caso de la Región Metropolitana, en donde las diversas variantes que afectan la vida familiar influyen en una manera significativa, como lo sería por ejemplo la situación económica y la desigualdad.


Estas variantes, en conjunto con las características propias de cada persona, influyen en la manera de ver y de pensar de las familias, las cuales pueden enfrentar las adversidades de buena manera, o en caso de estas situaciones, no logran hacerlo. Es entonces donde se gatillan y amplifican los rasgos hostiles en el hogar: delincuencia, consumo, alcoholismo y sobre todo, la violencia que es consecuente a las anteriores. Se logró evidenciar que los agresores también son víctimas de estas transgresiones en sus núcleos familiares, en donde los lazos emocionales y de apoyo junto a la seguridad que se deben brindar escasean en gran manera.


Todas estas situaciones provocan el desenlace ya sea de una persona completamente retraída o bien un agresor, el cual a su vez va gatillando que más personas se unan a esta cadena como víctimas de sus falencias psicosociales y afectivas. En ambas situaciones se desencadenan consecuencias negativas para la sociedad, creando a su vez un ambiente poco armonioso e inestable. Depende de todos nosotros detener esto..

Es por esto que el apoyo y tratamiento que se entregue a las víctimas también debe darse a los agresores, ya que solo así se podrá efectuar una intervención efectiva que ayude a recuperar la estabilidad que se ha perdido en la vida de estas personas y los implicados que los rodean.