miércoles, 29 de octubre de 2014
miércoles, 22 de octubre de 2014
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El bullying muchas veces se asocia
exclusivamente a la etapa escolar, aunque puede darse en muchos otros
contextos. En este tipo de agresiones verbales, físicas o de otro modo se
atenta contra la integridad de la otra persona. En estos casos se suele dar prioridad
a la víctima, sin embargo el motivo que impulsó al victimario a actuar es algo
esencial para tratar esta problemática.
INTRODUCCIÓN
El bullying conocido como tal es un tema relativamente
actual y una preocupación para las distintas sociedades, especialmente la
nuestra. A pesar de que la violencia ha existido desde siempre, en la
actualidad tiene especial interés el respeto por los derechos de las personas,
la igualdad de género en relación a las oportunidades y recibir un trato digno.
Es un tema que tiene diversos protagonistas que cumplen
diferentes roles dentro de esta problemática, lo que hace que estos episodios
sean cíclicos y se repitan una y otra vez. De estos protagonistas en el que
pondremos énfasis será el agresor, ya que muchas veces se considera que es el
que provoca el daño, pero no se toman en cuenta cuáles fueron sus motivos para
actual, o el porqué de sus rasgos de personalidad y no pensamos en que él
también puede estar sufriendo o ya ha sido dañado.
Estas agresiones tienen consecuencias tanto para el
victimario, para la víctima, y también para los espectadores, que son las
personas que a pesar de ver todo esto se quedan en silencio y contribuyen a que
esto continue. Lo que resulta de esto, es que un gran número de personas está
siendo afectada y se necesita conocer el origen de todo para comenzar a tratar
de revertir esta situación.
El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. YKing ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.
Bullying
El bullying definido por la OMS como: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que
cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Con esta definición se puede ver que este término se puede
aplicar en distintas situaciones y a lo largo de todo el ciclo vital de una
persona, no solamente en su etapa escolar. Esta problemática se relaciona con
la violencia de género ya que se habla principalmente de dos protagonistas; el
agresor que en cierta medida es el más fuerte y la víctima sometida. Sin
embargo también está el entorno que los rodea, que en cierta medida colabora a
que estas agresiones continúen sucediendo con el hecho de guardar silencio, sin
atreverse a pedir ayuda o dar apoyo.
Diversos autores han definido las diferentes posiciones que
pueden tomar los implicados, las cuales pueden ser duraderas en el tiempo como
también pueden ir cambiando, como por ejemplo, de víctima a agresor. Estos
cambios van a depender de diversos
factores que son fundamentales en el momento de determinar una situación de
bullying y las características de los participantes, los cuales ya sean contextuales,
psicológicos, físicos o culturales deben denotar la particularidad que
presentan en cada escena.
- Víctima: El patrón más común es una persona aislada, débil, ansiosa, con pocas habilidades sociales y con tendencia a presentar una personalidad interiorizada o bien, ser diferente en ciertos rasgos al grupo social en el que se encuentra inmerso. Sin embargo, también se ha observado que las víctimas de bullying suelen ser similares a los agresores en características emocionales, como su falta de control. Este tipo de víctimas suele intercalar su rol con el de agresor.
- Espectador: Como su nombre los define, son las personas que presencian el acto de agresión y que generalmente no intervienen en manera directa. Esta falta de intromisión suele deberse al miedo que presentan a ser objetos de burla como la víctima, aunque también se ha observado que debido al fenómeno de contagio social estas personas apoyan el bullying, alentándolo y apoyando al agresor. Esta última característica es fundamental al momento de definir al agresor y los factores que influyen en sus comportamientos.
- Agresor: Generalmente busca con sus acciones el apoyo de su grupo social. Tenemos a los agresores predominantemente dominantes, los cuales son los que toman la iniciativa de agredir a las personas víctimas, son antisociales. Por otro lado, tenemos a los agresores predominantemente ansiosos, los cuales siguen la iniciativa de agresión de otro compañero dominante, tienen una baja autoestima y son de personalidad ansiosa. Estas personas tienen problemas en lo que respecta habilidades sociales, por lo que suelen atribuir rasgos hostiles a sus compañeros. Estas situaciones provocan a su vez un rechazo generalizado hacia el agresor ansioso, por lo que este tipo de victimario puede intercalar su rol con el de víctima
Este maltrato puede ser físico, psicológico, social, entre
otros. Si nos ponemos a pensar estas problemáticas han existido desde siempre,
en que las personas se olvidan del respeto y el trato digno hacia las demás
personas. Cabe destacar que hoy en día llama la atención que estos hechos
ocurran cada vez con mayor recurrencia y que cada vez tengan con consecuencias
más graves. Conocido es el caso de pamela pizarro, una joven de tan solo trece
años, que vivía en Iquique que se suicidó; sus padres denunciaron que la joven
habría sufrido un hostigamiento por
parte de sus compañeras, tal que la joven llegó al extremo de terminar con su
vida.
El problema radica en que tenemos a niños que cada vez a más
temprana edad se están convirtiendo en víctimas, y por otro lado en victimarios.
De este último queremos conocer los motivos que están detrás de todo este afán
de sentirse con mayor poder que los demás. Si se tratara la raíz de este
problema dando solución a los problemas con los niños que cometen agresiones
disminuirían el número de niños agredidos, y estaríamos dando solución al
problema desde la raíz.
Este tema es de gran relevancia en la actualidad y producto
de diversas investigaciones, por ejemplo un estudio de 2005 de la Universidad del Desarrollo, más de la mitad de los escolares de entre 11 y 17 años
reconoce haber sido víctima de matonaje
por parte de sus compañeros, y lo más inquietante es que más de 13% de esas
víctimas no cuenta lo ocurrido a nadie perpetuando un círculo de silencio.
También investigaciones del psicólogo noruego Dan Olweus en , alumnos de cuarto
básico el bullying sería mayor que octavo básico. En tanto la investigadora del
National Institute of Child Health and Human Development en EE.UU, Tonja Nasel
, dice que los hombres victimizan más que las mujeres utilizando la agresión
física y verbal, en cambio las niñas el esparcimiento de rumores y exclusión
social.
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Situación en Chile, Región Metropolitana.
Los siguientes datos fueron tomados de un estudio social
realizado por Criteria Research, en conjunto del Centro de Estudios Evolutivos
e Intervención del Niño de la Universidad del Desarrollo y el Ministerio de
Educación. Esta investigación consistió en encuestas realizadas a los
participantes de una escena de Bullying de diferentes centros asistenciales de
la región Metropolitana, siendo estos tanto municipales, particulares y
subvencionados por el municipio. Los datos obtenidos de dichos establecimientos
cuentan con un total de 1365 estudiantes entre Séptimo básico y Cuarto medio,
para que de esta forma se deje en claro que la violencia escolar es un tema
transversal que no discrimina entre géneros, edades o situación socioeconómica.
Porcentajes de la muestra obtenida
Rol en situaciones de Bullying y Violencia ocasional
Perfil del Agresor y posibles causas de su actuar
En estos escenarios de maltrato, una gran variedad de
autores han intentado determinar un patrón común que logre caracterizar las
cualidades y las conductas del agresor. Sin embargo, se han presentado
dificultades para llegar a un consenso sobre el cómo identificarlos, ya que son
muchos los factores que influyen en la conducta y manera de pensar de estas
personas (culturales, ambientales, psicológicas, sociales, físicas, etc). Por
otro lado, es posible destacar algunos rasgos que, en diferentes ámbitos, suelen
sugerir a una persona que representa el rol de victimario.
- Rasgos de personalidad
Las características
de los agresores difieren en ambos géneros. En el ámbito físico, los
varones suelen ser más fuertes y de una edad mayor a la de su víctima, actuando
en forma grupal. Este acometimiento consta principalmente de violencia física y
agresión directa, es decir, peleas, intimidación, bromas, acoso, insultos, etc.
En cambio, en las mujeres suelen ser personas que físicamente se ven aceptables
por sus compañeros, actuando de manera más individual hacia pares que sean más
“débiles” por alguna diferencia en su forma visual o de comportamiento. Al
contrario que los varones, la forma de bullying se basa en agresión indirecta y
psicológica, ya sea aislando a la persona víctima, ignorarla, esparciendo
rumores perjudiciales para su persona, lograr que sus compañeros no compartan
con su par, etc.
En ambos casos, la edad más frecuente de eventos de
bullying se sitúa entre los 11 y 14
años, es decir, en plena pubertad, razón
por la cual muchos de los comportamientos de los agresores están relacionados
con las características propias de esta etapa de la vida. Diaz Aguado (1999)
reconoce la relación entre el bullying y la adolescencia, ya que este estadio se
caracteriza por la rebeldía, en donde los conflictos se resuelven por medio de
la violencia y nace la necesidad de individualidad, rechazando a su alrededor.
En lo que respecta el ámbito psicológico, autores como
Hernández Prados (2004) hablan de una incapacidad de reconocer sus problemas,
presentando un locus de control externo. Esto se manifiesta por una gran
necesidad de conseguir lo que desean en forma inmediata sin importar el dañar a
sus pares. Otro autor en el tema define que los agresores son personas
conflictivas que no se identifican con su ambiente, presentan una falta de
supervisión y control por parte de su familia cayendo incluso en el consumo de
substancias, suelen tener mentalidad machista hasta pudiendo llegar al
pensamiento maquiavélico (Hernández de Frutos).
Se consideran dentro de los rasgos psicopatológicos la
alta agresividad y ansiedad, falta de control que se manifiesta en acciones
impulsivas dañinas, la facilidad de causar o incitar provocación, Son personas
extrovertidas, neuróticas y con un alto grado de inestabilidad emocional dada
por diversos factores en su ambiente.
●
· Rasgos familiares
Dentro de los diversos estudios realizados en el ámbito,
se ha denotado que el ambiente familiar de estas personas es más bien de
carácter hostil, en donde las relaciones entre sus integrantes son mayormente
disfuncionales. Esta situación se traduce a una falta de dedicación hacia la
persona agresora, la cual carece de lazos afectivos, emocionales y de una
figura de autoridad en su vida. Muchas veces estos ambientes se ven acompañados
por un estilo de vida poco saludable y delictiva, asociado a su vez al consumo
de alcohol y drogas de manera continua.
Todos estos factores causan sensación de abandono por parte del victimario, por lo que sus conductas suelen ser autónomas y conflictivas, todo esto por los cambios psicoestructurales que se forman frente a estos ambientes en lo que se encuentran inmersos de manera inevitable.
Todos estos factores causan sensación de abandono por parte del victimario, por lo que sus conductas suelen ser autónomas y conflictivas, todo esto por los cambios psicoestructurales que se forman frente a estos ambientes en lo que se encuentran inmersos de manera inevitable.
Cabe destacar que
uno de los factores claves más influyentes es la violencia en el hogar. Cuando
se vive un patrón repetitivo de abuso físico y emocional por parte de un ser
cercano a la persona y esta última crece con este ambiente familiar, se crea
dentro de la persona un idealismo de cómo son las relaciones con los demás
seres humanos, en el que se debe imponer sus creencias, deseos y emociones por
sobre los otros de una manera agresiva, ya que solo así se puede obtener lo
deseado.
●
· Rasgos de carácter escolar
Dentro de las características más repetitivas de los
agresores es la falta de aplicación académica. Estas personas suelen presentar
déficit en el desarrollo de actividades cognitivas demostrando poco interés en
la mejoría. Evadiendo sus responsabilidades como estudiante, estas personas
tratan de sobresalir de sus pares a través de actividades o juegos no
académicos, buscando la sensación de poder sin estimar los perjuicios que pueden causar a sus compañeros, ya sea
evadiendo la responsabilidades al infringir las normas básicas de convivencia o
de la institución, excusándose o bien culpando a otra persona por sus actos.
Todos los problemas que se dan en el desarrollo académico, en las relaciones de convivencia y el moldeamiento de la personalidad vienen a raíz de los factores ambientales influyentes de manera importante sobre el agresor. Esto lo podemos ver reflejado en las razones por las cuales los agresores se basan en aplicar sus acciones de violencia, como lo representa el siguiente gráfico cuyos datos corresponden a alumnos de la Región Metropolitana de diversos colegios particulares, subvencionados y municipales. En él se puede apreciar que las razones con mayor porcentaje tienen directa relación con trastornos personales (baja autoestima, necesidad de sobresalir, falta de atención, etc) derivados de factores del entorno que en cierto sentido se encuentran alterados, como problemas en el hogar o falta de atención por parte de los padres.
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Consecuencias del Bullying en los roles:
Cuando se habla de daños psicosociales en un caso de bullying es casi inevitable pensar en el caso de la persona objeto de la agresión. Sin embargo, estudios recientes han determinado que las consecuencias del maltrato implicadas en la vida adolescente y adulta no sólo se presentan en la víctima, sino que en todos los roles presenten en estas situaciones (Kumpulainen, Rasanen y Puura, 2001). Además de la sintomatología psicopatológica más común presentada por la víctima (ansiedad, depresión, trastornos de ingesta alimentaria, abuso de substancias, etc.), también se observan alteraciones psicosociales en el rol espectador, como lo es la insensibilización ante el sufrimiento ajeno o la creencia de que la violencia y la agresión son aspectos inevitables de la vida.
Efectos del Bullying en el agresor:
Estudios realizados en diversos países, señalan la posibilidad de que los autores de Bullying en la época escolar, más tarde pueden verse envueltos en actos de delincuencia o criminales. Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología.
Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva. La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.
En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se sienten afectados, pudiendo provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.
Para el agresor, el bullying le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en un delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad exagerada.
También puede generalizar esta conducta en todos los ámbitos de su vida, es decir, como el agresor obtiene recompensas, dominio y autoridad sobre las personas, entonces usa ese tipo de conducta en todas las relaciones sociales. Incluso cuando se casa hay un dominio sobre la esposa y sobre los hijos, pero no en una forma que edifiquen sus vidas, sino de manera dominante, autoritaria y amenazante.
Esta forma de vivir es muy destructiva porque las personas se someten, pero no por amor sino por temor y miedo. Esa no es una autoridad que edifica y que le hace bien a los demás, sino una forma de vida que lleva a la persona al sufrimiento, la esposa sufre y los hijos sufren. Lo más terrible es que el patrón se vuelve a repetir, es decir, las personas que están bajo ese maltrato aprenden esa forma de vida de tal manera que cuando crecen la vuelven a aplicar.
Las consecuencias que trae consigo el bullying para el sujeto maltratado son muchas, éste queda expuesto física y emocionalmente ante el maltratador, generando consecuencias psicológicas; el acosado siempre está aterrorizado con la idea de asistir a la escuela, se pone nervioso, triste y solitario en su vida diaria y en algunos esto lo puede llevar al suicidio.
Parte de los trastornos que pueden provocar en las víctimas:
- Baja autoestima:No quererse a sí mismo y menos preciarse, sentir que no tienes capacidades para desenvolverse adecuadamente.
- Trastornos emocionales: Que son los cambios de estado de ánimo constantes.
- Problemas psicosomáticos: Que son las enfermedades causadas por la mente o el estado de ánimo.
- Depresión: Es cuando sin haber una razón clara, las personas sólo quieren llorar. Sienten ganas de morirse, de desaparecer, de no salir de su cuarto.
- Pensamientos suicidas: Que son las fantasías de dar por concluida la maravillosa experiencia de vivir a causa del daño o los problemas que sientes que hay en tu vida. Es cuando ya no ves opciones para solucionar tus problemas.
- Pérdida de interés por la escuela: Lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, que llevará a mayores problemas con tus papás y maestros.
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Creando conciencia...
En los últimos años, el Bullying se ha convertido en uno de los problemas con mayor peso social para los países desarrollados. A pesar de que la problemática siempre ha perdurado a lo largo de la historia, hoy en día se está tomando conciencia de las grandes repercusiones que conlleva este acto de agresión que perdura en el tiempo y no solo para las víctimas, sino que también para aquellos que toman el rol de espectador y victimario, al cual le damos un especial énfasis.
El analizar la situación desde un contexto completo, y no solo la acción misma de agresión, nos permite comprender que el agresor no es un problema propiamente tal, sino que también es un ser al cual se le debe mirar con la misma preocupación que se le aplica a la víctima. Los trastornos psicológicos y emocionales que los conducen al acto de bullying no surgen de la nada, sino que provienen de un contexto psicosocial disfuncional del cual todos participamos. Vivimos en una sociedad en la que la vida de sus integrantes se ve constantemente agitada y estresada, como lo es el caso de la Región Metropolitana, en donde las diversas variantes que afectan la vida familiar influyen en una manera significativa, como lo sería por ejemplo la situación económica y la desigualdad.
Estas variantes, en conjunto con las características propias de cada persona, influyen en la manera de ver y de pensar de las familias, las cuales pueden enfrentar las adversidades de buena manera, o en caso de estas situaciones, no logran hacerlo. Es entonces donde se gatillan y amplifican los rasgos hostiles en el hogar: delincuencia, consumo, alcoholismo y sobre todo, la violencia que es consecuente a las anteriores. Se logró evidenciar que los agresores también son víctimas de estas transgresiones en sus núcleos familiares, en donde los lazos emocionales y de apoyo junto a la seguridad que se deben brindar escasean en gran manera.
Todas estas situaciones provocan el desenlace ya sea de una persona completamente retraída o bien un agresor, el cual a su vez va gatillando que más personas se unan a esta cadena como víctimas de sus falencias psicosociales y afectivas. En ambas situaciones se desencadenan consecuencias negativas para la sociedad, creando a su vez un ambiente poco armonioso e inestable. Depende de todos nosotros detener esto..
Es por esto que el apoyo y tratamiento que se entregue a las víctimas también debe darse a los agresores, ya que solo así se podrá efectuar una intervención efectiva que ayude a recuperar la estabilidad que se ha perdido en la vida de estas personas y los implicados que los rodean.
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